A principio de los 80 surgió el movimiento asociativo de los forestalistas vascos, con el objetivo de defender los intereses de los silvicultores, así como de colaborar en la defensa del patrimonio forestal colectivo.

En Euskadi, a finales del siglo XX y comienzos del XXI se detecta un progresivo abandono de tareas dentro del sector primario. Las dificultades para el relevo generacional, la necesidad de una gestión profesionalizada y la toma de conciencia medioambiental por parte de la sociedad, son factores que inciden en una percepción nueva del medio natural.

En la Confederación de Forestalistas del País Vasco no somos ajenos a este nuevo escenario, por eso impulsamos iniciativas como Basoekin, S.L., sociedad limitada que desarrolla la gestión de los montes de nuestros asociados.